Hoy era el día de ir a visitar Leeds. Me desperté muy pronto pero como me encontraba en forma (o eso creía) me levanté y me puse rumbo a Leeds. El caso es que en el tren me quedé frito y me desperté ¡en York! Me pasé 40 km pero bueno, me habían hablado bien de York y ahí me quedé. Y me gustó mucho: el día soleado, el centro tan mono con sus flores y sus gentes paseando, el bocata de cerdo con salsa de manzana. En fin, muy bonito aunque siempre echo de menos compañía, no se puede tener todo.
Y acabé visitando el museo del ferrocarril.
(Por cierto, esta noche hay "quedada" con la gente de la academia. Conocer, no conozco a nadie pero da igual)
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