miércoles, 21 de julio de 2010

Segunda semana

Small Talk

Ya voy conociendo a uno de mis compañeros de clase, es español y 'solo' 13 años más joven que yo. Seguramente me "acople" a su grupo de amigos el próximo fin de semana, les intentaré convencer para ir a la zona de The Deaf Institute que me mola bastante. Por lo que he hablado con él, creo que ya conozco más sitios "cool" que él y su panda que llevan semanas aquí. Eso siempre se me ha dado bien :-)
Por cierto, hay uno nuevo en clase, un camionero polaco ¿?

Al llegar a mi habitación por la noche estaban mis vecinos en la sala común y me han invitado a unirme a su cena. Hemos charlado un rato, son muy jóvenes pero han viajado bastante (o eso dicen). Para que no me pusiesen la música al 11 le he contado una de las pocas mentiras que he dicho en mi vida: "now, I'm going to study...." con cara de pena. El caso es que luego no podía dormir (y desde luego, no me iba a poner a estudiar) y he salido a tomar una pinta a uno de los mil pubs cercanos y, ¡tachán! ahí estaban mis vecinos. Recochineo evidente "¿no tenías que estudiar?". Poseso, que si miento siempre me pillan, por eso no ejerzo.
Es agradable hablar con la gente, ya da igual en que idioma, sobre todo después de un día movido pero en el que hablas poco y con desconocidos. La conversación del día sin duda fue en el autobús, en la planta de arriba: llegó una chica totalmente colocada y empezó a hablar, no sé a quien pero era divertido y además era muy guapa. La miraba pero como si no existiese. Y solo estábamos ella y yo.

Museo de la guerra
Esta mañana visité el museo de la guerra. Está en una zona muy bonita llamada Harbour City, hacía sol, en fin, se estaba muy bien. Al principio el museo daba una imagen tipo "¡cómo mola la guerra!", con las armas, los héroes, las historias, hasta que de repente, se apagaban casi todas las luces y empezaban a proyectar por todas las paredes fotos de niños de la guerra. Rostros tristes con una voz en off también de niños relatando la experiencia de la guerra. Sin caer en detalles escabrosos, eran capaces de estremecer un montón. Yo me gobié bastante.

Luego, todos a la tienda del museo donde, lo que son las cosas, encontré dos juguetes que llevaba años buscando. Ya os los enseñaré.

After the war...
Hoy me levanté de mal humor (a saber qué soñé) y lo primero que hice fue mirar vuelos para adelantar la vuelta. Se lo comenté a mi amiguete de la academia (es todo un personaje) y me dijo que a él le pasó hace una semana. Encontró un vuelo a Alicante barato ida y vuelya y para allá que se largó un finde, a ver el sol (y disfrutar de los 40 grados).
En periodos de semanas fuera de casa es normal, que yo recuerde, días o momentos en los que uno quiere volver al hogar. En otros momentos, uno no se imagina que pueda estar mejor en otro sitio que donde está. Yo en general estoy bien por aquí pero cada vez que veo a un niño me dan unas ganas tremendas de ponerme a jugar con él ¡cómo echo de menos a mi Torete!

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